Más métodos para evaluar la capacidad antioxidante de las especies Biovalor
Hace unos meses os hablamos de los antioxidantes naturales y os mostramos cómo se evalúa el contenido fenólico total de los aceites y extractos de las especies estudiadas en el proyecto. Hoy continuamos con otros métodos que utilizamos en Cesefor y que evalúan otros mecanismos de acción.
Antes de nada, ¿sabías que los antioxidantes juegan un papel fundamental en nuestro organismo? Si has oído hablar de los radicales libres, sabrás que son moléculas muy reactivas que se generan naturalmente en nuestro cuerpo durante el metabolismo y que tienen actividad oxidativa.
Nosotros, también de forma natural, generamos antioxidantes capaces de hacer frente a estos radicales libres, pero cuando hay un desequilibrio entre unos y otros, se produce lo que se conoce como estrés oxidativo, esto es, un aumento de la actividad oxidativa en el interior de las células, que provoca daño celular y contribuye significativamente a que desarrollemos enfermedades inflamatorias, cardiovasculares, cáncer, diabetes, Alzheimer, cataratas, autismo y envejecimiento (ver publicación).
Consumimos antioxidantes de forma natural a través de la dieta (las frutas, verduras, bebidas, cereales y otros productos alimenticios de consumo habitual contienen antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, los carotenoides y los polifenoles), pero además, el uso terapéutico de antioxidantes exógenos está en la actualidad en fase de intensa investigación y ha resultado exitoso para algunas patologías.
No debemos obviar, sin embargo, que también ha arrojado resultados contradictorios en algunos estudios. En todo caso, es el momento de seguir buscando antioxidantes naturales y seguir comprobando su eficacia, como hacemos en nuestra Área de Biotecnología, ubicada en León.
Otros métodos utilizados por Cesefor en BIOVALOR
El método DPPH es un método de captación de radicales libres muy usado para determinar la actividad antioxidante de un compuesto, y se utiliza especialmente para determinar la actividad antioxidante de alimentos. Su fundamento se basa en la aceptación de un átomo de hidrógeno por la molécula 1,1-difenil-2-picrilhidrazina, que en solución en metanol es de color violeta intenso. Al reaccionar con un sustrato antioxidante el color violeta de la solución inicial se transforma en amarillo. La variación de color se mide espectrofotométricamente a 517 nm.
Figura 3. Reacción de la reducción de DPPH y muestras utilizadas para la calibración del método.
A su vez, el método ABTS se basa en otra reacción colorimétrica, en este caso la reducción del radical ABTS+ a ABTS por la acción de un antioxidante. El radical ABTS+ absorbe a una longitud de onda de 734 nm, y cuando reacciona con el antioxidante, la solución, inicialmente de color verde azulado, se decolora dando lugar a una solución azul pálida o incolora. El radical ABTS+ es soluble en medio acuoso u orgánico, por lo que este método tiene la ventaja de que se puede utilizar en muestras hidrofílicas y lipofílicas.
Figura 4. Compañeras de Cesefor poniendo a prueba el método ABTS.
Nuestras compañeras del laboratorio químico han puesto a punto estos dos métodos utilizando varias de las especies cultivadas para la investigación del proyecto, y ya están preparadas para recibir nuevas muestras.
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